Trufas con puré de patata

Las trufas son y deben ser la esencia del chocolate. No hay elaboración más clara o transparente en el mundo de la pastelería que deje ver el producto con el que se trabaja y cómo se trabaja. Y como en este caso es él el protagonista, y el que va a marcar el sabor, se pueden utilizar productos como la patata para acompañarlo, que suponen una alternativa más saludable a la nata o la mantequilla.

 

Ingredientes

165 g patatas frías machacadas en puré

175 g chocolate negro de altísima calidad, preferiblemente orgánico

Media cucharada de vainilla

Diferentes productos como topping (pistachos troceados, cacao en polvo, nueces brasileñas caramelizadas y troceadas o azúcar glace)

 

Elaboración

Calentar el chocolate negro a baja potencia en el microondas o en una olla a fuego muy lento hasta que esté completamente fundido. Es muy importante que no se queme; el chocolate tiene un contenido en grasa muy alto, con lo que es necesario no apartar la mirada en ningún momento.

Una vez esté completamente fundido, añadir a las patatas en puré y mezclar. Es importante trabajar muy bien la mezcla hasta obtener un resultado completamente homogéneo.

Enfriar la mezcla durante 30 minutos en el frigorífico.

Después, coger porciones de tamaño similar y darles forma redonda con las manos. Pasar las trufas por el recubrimiento deseado y poner en el frigorífico de nuevo hasta que estén firmes.

Pueden aguantar perfectamente durante una semana, pero el chocolate tiene tendencia a absorber muchos olores, con lo que es importante que si se van a guardar se introduzcan en un recipiente cerrado herméticamente.

 

Observaciones

Es importante obtener la vainilla en vaina, abrirla y obtener las semillas, además de comprobar la procedencia, así como la del cacao, y tener en cuenta que son productos procedentes de zonas donde la mano de obra es barata y generalmente explotada. Es preferible pagar más y obtener un producto de comercio justo, orgánico y de alta calidad.

autor

María García Vilanova

Soy una gallega emigrante por naturaleza, que decidí probar suerte en el País Vasco estudiando gastronomía; mucho más que simple cocina: la gastronomía como pilar, como base para llegar a otras doctrinas, porque hoy, la fusión es necesaria. Me defino como cocinera, panadera, reportera y diseñadora (aunque siempre vinculada al mundo de la comida, del sabor y de la nutrición), todavía estudiante y buscando conocimiento por todo el mundo, bebo del saber de los que fueron y estuvieron antes que nosotros; pero siempre llevando a mi tierra conmigo.